En el centenario del Día de la Mujer Trabajadora


Clara Zetkin in Luxenbourg en 1910El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebra el día 8 de marzo. En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Este año se cumple el centenario de la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en Copenhague, donde se proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés.

Para conmemorar este día nos ha parecido oportuno traducir el artículo que publicó hace unos días Àngels Martínez en su blog, sobre Gènere, crisi, violència i salut, pues relaciona a las mujeres con la crisis económica, como les afecta a ellas en particular, con la violencia de genéro y con la salud específica de las mujeres y en particular de las mujeres trabajadoras.  

Género, crisis violencia y salud

Seguramente es bastante oportuno, en un artículo que quiere relacionarse de manera especial la actual crisis con la salud y violencia desde la vertiente de género, recordar los estragos de la crisis económica de 1929 que afectaron de manera especial a mujeres y niñoscrisis29, aunque no guste demasiado a las autoridades responsables de gestionar la actual crisis que se hagan comparaciones, seguramente porque la crisis del 29 se resolvió con un incremento muy considerable de las regulaciones económicas sobre un capitalismo salvaje … todo lo contrario de lo que estamos viviendo actualmente. Las medidas que se tomaron a principios del siglo XX fueron totalmente contrarias a las actuales … aunque para empezar a actuar fue necesario que el deterioro de la salud afectara en los Estados Unidos a una tercera parte de todos los niños y niñas, y a una cuarta parte de la población adulta, (especialmente mujeres), en cuanto a desnutrición, y problemas mentales llegaron a ser especialmente impresionantes en los niños y en los miles de mujeres que perdieron su hogar (mientras los departamentos de salud de los USA reducían presupuestos o incluso cerraban servicios de salud fundamentales). Finalmente, con las medidas que puso en vigor el presidente Roosevelt, se empezó a ganar el pulso a la crisis: incremento de sueldos para los trabajadores y trabajadoras, grandes inversiones en infraestructuras, más impuestos para los más ricos … Finalmente, de la II Guerra Mundial salió un mundo dividido y una esperanza (fallida, pero no derrotada) para hacer realidad un sistema económico alternativo.

Mientras la situación económica y financiera ha sido suficientemente estudiada, las repercusiones en la salud de la crisis lo han sido mucho menos, y aún en menor medida desde una perspectiva de género. Actualmente ya se puede disponer de algunos estudios que relacionan crisis económica y salud, haciendo especial mención del incremento de la mortalidad por cardiopatías isquémicas, (especialmente relevantes en Australia), y un empeoramiento del estado general de la salud en madres solteras en paro en Suecia. Este tipo de trabajos nos interesan sobre todo por su vertiente de alerta, ya que las personas expertas en el tema, en base a lo que se conoce de las crisis anteriores, recomiendan poner especial atención a los problemas de

1) desnutrición (en especial en población infantil, mujeres gestantes o madres lactantes, personas diabéticas o con enfermedades crónicas, etc …

2) condiciones de vida de las personas que han perdido su hogar, por el incremento que supone de enfermedades infecciosas, problemas de salud mental y violencia

3) relación entre desempleo y pobreza relativa, aislamiento social, pérdida de autoestima y comportamientos poco saludables (alcoholismo, adicción a psicotrópicos …)

4) drogadicción y crecimiento de todo tipo de comportamientos de adicción, depresión y otros problemas de salud mental, ya que en la recesión aumentan los desahucios y la tasa de suicidios (especialmente en los países más explotados …)

5) aumento de la mortalidad, que es consecuencia de la desnutrición, drogadicción y otras patologías antes mencionadas, pero también de la reducción de los programas y los servicios médicos de salud

6) deterioro de la salud infantil, en especial en lo referente a los servicios no cubiertos por el sector público

7) violencia (en especial, la violencia de género)

8 problemas de salud ambiental y laboral (con la precarización de las relaciones sociales y laborales que la crisis impone a las condiciones de vida y trabajo de las personas más débiles)

9) injusticia social y violación de los derechos humanos, en especial contra los inmigrantes y otras minorías, de las que las mujeres son en la actualidad, mayoría …

La OMS alerta …

«No cuesta demasiado enfocar los puntos anteriores desde la óptica de género y descubrir que, en la mayoría de los casos, cuando no está mencionada de forma explícita, la mujer es la gran perjudicada. Y en este sentido, vale la pena recordar con Margaret Chan que si – al margen de la crisis – muchas necesidades de salud de la mujer están desatendidas, con la crisis son las mujeres las primeras en sentir los efectos de las privatizaciones y los recortes de los servicios sociales y de salud. La razón es bastante evidente: los factores que impiden que mejore la salud de la mujer no son de carácter fundamentalmente técnico o médico: son de tipo social y político y se resienten seriamente de las restricciones que los capitales privados («los mercados») imponen con la crisis.

En el terreno de la salud pública es posiblemente más difícil todavía que en tiempos de crisis se puedan cambiar actitudes y comportamiento, combatir la discriminación y mejorar la situación de la mujer.

Las diferentes sociedades que la historia ha conocido (y en especial el sistema capitalista) han creado relaciones de the-differencedesigualdad de varios tipos, entre ellas, de clase y de género, y si las políticas que normalmente se hacen las mantienen, en tiempos de crisis las refuerzan. Las mujeres, presentes siempre en los acontecimientos fundamentales de la vida como son los nacimientos, las enfermedades y la muerte, se encargan del 80% de todos los cuidados que la salud conlleva, y en algunos casos especialmente difíciles, hasta el 90% ( por ejemplo, en la atención de enfermedades relacionadas con el VIH / Sida) Si añadimos las crecientes privatizaciones de la sanidad pública, estamos imponiendo una responsabilidad adicional, que forma parte también de la violencia social, sobre un trabajo de las mujeres que se incrementa sin recibir más apoyo, ni se reconoce ni está remunerado. (La Ley de la Dependencia supone un paréntesis en esta invisibilidad y no reconocimiento de los cuidados de cuidado de personas enfermas o inválidas … No quiero ser gafe pero ya veremos hasta cuando consigue mantenerse en la manía de «recortes» de las políticas amigas de las mujeres.)

Y la razón es bien sencilla: en tiempos de crisis es más difícil que nunca que las sociedades y los dirigentes políticos que las gobiernan acepten que la salud de las mujeres importa, que sus responsabilidades en la salud de las personas de su entorno es fundamental y poco o nada reconocida, y que hay que priorizar las necesidades de salud no atendidas de las mujeres y las niñas, que empiezan por una vida con más equidad y menos desigualdad por motivos de género.

En este sentido, Chan vincula también género y clase, y nos dice que cuando se compara «el estado de salud de las mujeres de países de renta alta y de renta baja, los resultados son predecibles y elocuentes. En todas las regiones y grupos de edad, las mujeres y las niñas de los países de ingresos más altos presentan niveles de mortalidad y morbilidad inferiores a los de las que viven en países de ingresos bajos. «Es tentador concluir que la pobreza es el determinante más importante de los problemas de salud de la mujer (una pobreza que aumenta con la crisis, aunque las mujeres presentan algunas vulnerabilidades biológicas, relacionadas con sus funciones reproductivas, que las hacen más propensas a correr riesgos de salud. Pero quiere decir eso ¿qué la biología determina toda la vida de la mujer, antes y después de los años fértiles? Los mejores resultados de salud que presentan los grupos de ingresos altos indican que la respuesta es no, y por tanto es fácil deducir que el incremento de la pobreza de las mujeres con la peor distribución de la renta que la crisis impone tendrá consecuencias en tasas más altas de morbilidad y mortalidad de mujeres y niñas.

womenontheriseLas mujeres en general viven más que los hombres, pero su vida no es necesariamente saludable o feliz. Como se indica en el informe de la OMS, Las mujeres y la salud: Los datos de hoy, la agenda de mañana, las mujeres son más susceptibles que los hombres a sufrir depresión y ansiedad. Se estima que 73 millones de mujeres adultas en todo el mundo sufren algún episodio importante de depresión cada año. Si bien las causas de las enfermedades mentales varían de una persona a otra, la baja situación social de la mujer, su carga de trabajo y la violencia que sufre, son factores coadyuvantes.

La globalización de modos de vida poco saludables ejerce una fuerte influencia en estas tendencias que se observan en todas partes. La ventaja de la mujer en cuanto a esperanza de vida se está perdiendo en algunas partes del mundo. En la malnutrición como factor de riesgo de malos resultados en el embarazo se suman ahora la hipertensión, el colesterol elevado, el consumo de tabaco, la obesidad y la violencia e incluso las enfermedades cardiovasculares, consideradas durante mucho tiempo una afección masculina en las sociedades ricas, es ahora la principal causa de muerte de las mujeres mayores en casi todas partes.

Hace mucho que sabemos que a medida que mejora el nivel de vida, mejora la salud … Y lo cierto es también verdad en tiempos de crisis, con un aumento de la desigualdad y de la violencia para las mujeres.

Como nos recuerdan desde la OMS, la llamada a la acción ha de trascender el sector de la salud y llegar a otras áreas como la educación, el transporte, el empleo, y los marcos jurídico y judicial. Fundamentalmente, se trata de un llamamiento para la programación y adopción de políticas centradas en la mujer en todos los sectores, con un enfoque que abarque todas las instancias decisorias. Pero sobre todo, la atención primaria de salud, con su énfasis en la equidad, la justicia social y la posibilidad de que todos hagan oír su voz, ofrece la oportunidad de marcar una diferencia mediante el cambio de las políticas. Y necesitamos la voz y el peso de la sociedad civil para exigir responsabilidad a los dirigentes políticos.

La voz del Consejo Asesor de Salud Laboral del Ayuntamiento de Barcelona

También desde el Consejo Asesor de Salud Laboral del Ayuntamiento de Barcelona acaban de expresar preocupaciones muy similares por las consecuencias de la crisis económicay las medidas para gestionarla sobre la salud de la població.No cuesta nada leerlas desde una óptica de género en la medida en que su autora es la Dra. Lucía Artazcoz, de la que ya hemos leído muchas cosas sensibles a la clase social y al género. En concreto resaltamos lo siguiente:

paroespana1. Perder el trabajo tiene consecuencias sobre la salud de las personas, sobre todo sobre la esfera psicosocial. Es importante recordar que hay evidencia científica de que las prestaciones económicas de desempleo evitan o reducen este efecto y que las consecuencias sobre la salud se centran en las personas sin prestaciones, sobre todo si son sustentadoras económicas principales del hogar.

2. Se ha documentado que para reducir o eliminar el impacto del paro sobre la salud mental no basta con conseguir cualquier tipo de trabajo. Algunos estudios observan que entre los jóvenes no hay diferencias en el estado de salud mental entre personas desempleadas y las que trabajan en ocupaciones que están por debajo de su calificación en cuanto a contenido y/o categoría o las que tienen un trabajo insatisfactorio. También entre los jóvenes se ha señalado que tanto perder el trabajo como cambiar a otro por debajo de la propia formación se asocia con un incremento del consumo de alcohol.

3. La crisis económica puede incrementar las desigualdades en la salud según la posición socio-económica. Se ha observado que los individuos con salarios muy bajos y niveles de educación también bajos tienen más riesgo de deterioro de la salud durante los períodos de recesión económica cuando se quedan en paro. En cambio, los que tienen educación secundaria o superior, que probablemente tienen unos ahorros que pueden actuar como almohada y unas perspectivas razonables de conseguir un nuevo empleo a corto o medio plazo, incluso, en períodos de crisis económica pueden mejorar su salud.

4. Hay evidencia científica de que los procesos de reestructuración de empresas en los que se recortan las plantillas, tienen impacto sobre la salud, no sólo de las personas que pierden su trabajo, sino también de las que continúan trabajando. Entre estas, se ha observado un incremento de trastornos ansioso-depresivos relacionados con la incertidumbre sobre el futuro laboral, un aumento de conflictos entre compañeros, un incremento del volumen de trabajo, al reducirse habitualmente más la mano de obra que las exigencias del trabajo, del tabaquismo y de problemas con la pareja.

5. Las tendencias de mortalidad de la Unión Europea en los últimos años indican que los países pueden evitar el incremento de muertes por suicidio durante los períodos de crisis económica con un gasto per cápita de 200 dólares al año o más en programas activos de empleo. En los países que gastan menos de 70 dólares – como es el caso de España o los países de Europa del Este recientemente incorporados a la UE – las crisis económicas se asocian con un aumento de los suicidios.

6. Las políticas que disminuyan los ingresos de las personas mayores (entre las que hay una alta proporción en situación de pobreza) aumentarán la pobreza, deteriorarán su salud, la calidad de su alimentación y su nivel de participación social y actividad física, con consecuencias negativas para su capacidad funcional y con un previsible aumento de la dependencia. Por el contrario, las políticas que tengan por objeto la erradicación de la pobreza en la vejez tendrán como consecuencia una disminución de la dependencia.

7. Estas son algunas razones por las que remarcamos la importancia de que los políticos y los agentes sociales consideren en todas las políticas relacionadas con la gestión de la crisis que tengan que ver con la población trabajadora y cómo afectan la salud laboral. Además, destacamos la importancia de impulsar, ahora más que nunca, el papel de los servicios de prevención de riesgos laborales para que realmente estén integrados en las estrategias y la gestión de las empresas y de las organizaciones.

8. Es también necesario mejorar la formación de los profesionales de la salud laboral para atender adecuadamente los retos que la crisis supone para la salud de los trabajadores y trabajadoras.

Estoy totalmente de acuerdo con la denuncia global de la violencia. Además, nunca he creído que el feminismo sea un «tema de una sola cuestión» que se agota en sí mismo, sin conexiones fuertes, directas y fundamentalmente explicativas del mundo que habitamos. Por eso, creo que denunciar la violencia de género significa no sólo reivindicar para las mujeres un mundo donde puedan ser más libres, y vivir con más igualdad, sino denunciar también toda la violencia que este sistema irracional genera contra las personas más débiles (que son la inmensa mayoría) en una sociedad que se está deshumanizando ante la indiferencia generalizada … incluso, a veces, de las propias víctimas. Porque hay que repetir más veces (hasta que toda la sociedad se levante y lo impida) que es violencia económica de género que las grandes «oportunidades» que la crisis económica ofrece al capital financiero y la patronal se cargue sobre las mujeres sancionando las desigualdades de salarios y favoreciendo su ocultación, (por ejemplo, en Estados Unidos) mayores aún cuando la mujer es negra o hispana. O que no se diga que los recortes en las prestaciones sociales, en el sistema de salud, en las «políticas amigas de las mujeres» significan también cargar con violencia las tensiones del ajuste que beneficia a los poderosos.

Es violencia alienante de género que se retuerza la razón hasta el punto de presentar como aceptable y «normal» que en determinadas organizaciones religiosas, financiadas con fondos públicos, las mujeres no tengan las mismas oportunidades y derechos que los hombres.

Es violencia cotidiana de género en la vertiente de la salud que algunas enfermedades emergentes, que afectan de manera especial a mujeres, no reciban por parte de la sanidad pública el trato de atención e investigación que se merecen, y que las mujeres afectadas sean a priori, en demasiados casos, candidatas en las listas de espera interminables … o en las salas de psiquiatría … (¡Sabemos muy bien de lo que hablamos!). O que se quieran imponer limitaciones a la ley que sanciona el ejercicio del derecho al aborto, o que se desproteja a las mujeres ridiculizando o prohibiendo la utilización de preservativos …

Es violencia de género que la violación sea arma de guerra y se utilice con sadismo sin que ninguna autoridad mundial haga nada en serio para impedirlo. Y es violencia de género llevada al paroxismo que en determinadas ciudades del mundo el feminicidio sea práctica repetida e impune, para desolación de todas las mujeres y de toda la sociedad.

La situación de las mujeres y la violencia en Cataluña

acoso_laboralLa primera Encuesta de Violencia Machista de Cataluña, impulsada por el Programa de Seguridad contra la Violencia Machista del Departamento de Interior en colaboración con el Instituto Catalán de las Mujeres y la Concejalía de Mujeres del Ayuntamiento de Barcelona, se ha hecho con el objetivo de tener una primera radiografía que indique qué está pasando en Cataluña respecto a la violencia contra las mujeres y de conocer la dimensión real del problema. Se ha elaborado con entrevistas telefónicas a 14.122 mujeres y 1.501 hombres de entre 18 y 70 años residentes en Cataluña, que viven en un hogar con teléfono fijo y tienen capacidad de entender y de expresarse en castellano o en catalán. Las entrevistas se efectuaron entre el 8 de abril y el 30 de junio de 2010, y han permitido que muchas mujeres explicaran por primera vez de forma anónima casos que no han denunciado nunca.

La encuesta es una herramienta sociológica valiosa, ya que analiza la violencia machista en todos los ámbitos (en la pareja, en el trabajo, el espacio público) durante el 2009, y recoge datos de las grandes violencias sufridas por las mujeres a lo largo de toda la vida. El estudio refleja no sólo los tipos de hechos, sino también el nivel de afectación que estos hechos tienen en la víctima, y los valores y las percepciones que tenemos como sociedad hacia este fenómeno.

Aunque la encuesta evidencia un cambio significativo hacia un mayor reproche social de la violencia machista, las mujeres son más pesimistas que los hombres con respecto a los progresos alcanzados ya la evolución futura de este problema, Finalmente, da mucho que pensar el siguiente cuadro que hace referencia a víctimas atendidas, personas detenidas y mujeres muertas en Cataluña desde los inicios de la crisis por violencia de género.

La violencia de género en cifras en Cataluña en los años de la crisis:

Año  Detenidos Víctimas atendidas Víctimas mortales  Denuncias previas

2008     8057            11756                       7                              3
2009     7771            12280                     10                              3
2010     5320              9237                     14                              4

Como podéis ver, el número de personas detenidas ha ido disminuyendo en los tres años, y el número de víctimas atendidas es muy alto el año 2009 pero tiene una fuerte disminución en el año 2010. Esta disminución podría entenderse como el resultado social de las campañas que se han ido haciendo en contra de la violencia machista y la mayor concienciación de la sociedad. Sin embargo, el número de víctimas mortales, que pasa de 7 a 14 en dos años, y el hecho de que el número de denuncias previas haya aumentado en tan poco número (de 3 a 4) no nos permite (al margen de posteriores y más profundos análisis que nos permitan hacer una interpretación más cuidadosa) hacer una lectura nada optimista. Al contrario, creemos que hay una lectura de género en la violencia de estos años de crisis que lleva a las mujeres a ser menos atendidas en los establecimientos sanitarios públicos que deben hacer preceptivamente el informe por las autoridades (y son recogidas por el Observatorio) y quedan, por tanto, muchos más agresores en la invisibilidad estadística y en el anonimato. El hecho serio es que en dos años se ha doblado el número de mujeres muertas en Cataluña.

Estoy de acuerdo pues en la necesidad de un cambio cultural y de más medidas sociales para luchar contra una lacra más extendida de lo que se ve, ya que «los casos de violencia machista que se denuncian son sólo la punta del iceberg de un problema social mucho más profundo y que no sólo se produce en el ámbito privado, sino también en los espacios públicos y en el ámbito laboral «. Nos dice el estudio que:

violencia-contra-las-mujeres1 de cada 4 mujeres ha sufrido una agresión machista de especial gravedad a lo largo de su vida.

Más de un 80% de las mujeres que han sufrido hechos que consideran delictivos, la mayoría a manos de un hombre de su entorno, no lo denuncian.

En el ámbito de la pareja y ex-pareja, cerca de 70.000 mujeres residentes en Cataluña se consideran maltratadas el último año.

En el ámbito laboral, un 4% de las mujeres que han trabajado por cuenta ajena se han visto obligadas, alguna vez a lo largo de su vida, a dejar el trabajo debido a un acoso sexual y un 5, 2% han sido objeto de despidos sexistas.

En el espacio público, un 12,2% han sufrido algún tipo de agresión sexista en la calle el año pasado, de las cuales el 3,2% señala que los hechos le produjeron un impacto psicológico intenso.

Aumenta el reproche social hacia la violencia machista, aunque las mujeres son más pesimistas que los hombres con respecto a los progresos alcanzados.

Sólo a lo largo del año 2009, la victimización por estos mismos hechos afectó el 1, 4% de las mujeres residentes en Cataluña de entre 18 y 70 años, lo que supone que más de 36.000 mujeres sufrieron agresiones machistas de especial gravedad el año pasado. La encuesta también revela que, durante el 2009, el 6,8% de las mujeres ha sido víctima de alguna agresión machista que la propia víctima ha considerado delictiva, pero sólo el 17,7% de estas mujeres ha denunciado los hechos .

El nuevo gobierno de CiU impone recortes que repercutirán en menor protección a las mujeres. A pesar de la gravedad de lo que se denuncia en el apartado anterior, podíamos leer en Helios Mujeres que el 4 de enero en el Diario Oficial de la Generalitat se publicó el decreto de supresión del programa de seguridad contra la violencia machista. Ha sido la primera decisión del nuevo consejero de Interior, Felip Puig, cuando la gran ironía es que la Ley por el derecho de las mujeres a la erradicación de la violencia machista, fue aprobada en el Parlamento catalán por unanimidad. A la nueva presidenta del Instituto Catalán de las Mujeres se le ha informado que se le recortará el 70% de un presupuesto que ya era bastante escaso.

La crisis económica no puede significar recortes en las políticas de erradicación de la violencia de género, la Ley ya disponía de un presupuesto demasiado escaso como para rebajarlo, y especialmente hago mías sus palabras de que «los avances en los Derechos de las mujeres son patrimonio de la lucha de generaciones de mujeres que nos han precedido. Todo el tejido social ha tomado conciencia en estos últimos años sobre que un problema tan grande y tan escondido necesitaba dejar de ser algo privado o familiar. El agravio machista a las mujeres con la violencia de género ha de poder disfrutar de políticas específicas y especializadas. Desde los maestros en las escuelas hasta los jueces, así como los cuerpos de seguridad cuando se topan con las víctimas «porque hay que fortalecer y mejorar la efectividad y la eficacia de la Ley integral contra la violencia de género y la Ley del derecho de las mujeres erradicación de la violencia machista: dos leyes, junto con la de Dependencia, que corren el peligro de quedar en papel mojado con el Gobierno de CiU, la coartada de la crisis y la avaricia de los «mercados».

Acerca de Dempeus per la salut pública

Col·lectiu de persones en defensa de la salut pública
Esta entrada fue publicada en Género, Salud pública y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a En el centenario del Día de la Mujer Trabajadora

  1. Isabel Saez Altet dijo:

    Dejo una aportación que confirma el problema de la desnutrición y la comparación con la crisis del 29. En Cáritas -no sé en otros medios o centros pero supongo que por el estilo- se ven desbordados atendiendo peticiones de alimentos. Algunas empresas colaboran activamente …pero, la desnutrición y la falta de cuidado de enfermedades -por ejemplo la diabetes- se halla presente. Básicamente todo el paquete de comida se compone de hidratos de carbono, poca proteína y ninguna fruta y verdura o una presencia meramente testimonial de vez en cuando. Paquetes enormes de pasta, arroz, bolsa de patatas viejas, paquete de puré de patatas, harina blanca… y dos litros de leche para 15 dias por persona, junto con una docena de huevos, cuya ingesta se recomienda bajar a unos dos por semana en cualquier tabla de alimentos, pero con la leche a menudo son las únicas fuentes de proteinas con las que se cuenta.
    Si las personas no pueden complementar esta dieta con la adqusición de frutas y verduras que a menudo se llevan la parte del león en la cesta de la compra, exceptuando tema pescado, necesario y tampoco presente en los lotes, estamos ante un caso clarísimo de una dieta inadecuada, casi de guerra. Personalmente, a mí me ha recordado los años 50, sus carencias y el auge del famoso personaje de cómics, Carpanta, siempre tras su ansiado y esquivo pollo.

  2. àngels dijo:

    Gràcies per la feina de traducció, Elena, i per difondre’l en un dia com avui! Abraçades per tu i la Isabel, que ha fet un comentari especialment addient (perquè estem retrocedint als anys 50, o fins i tot més enrera, i de quina manera!)

Deja un comentario